Astra: de pueblo petrolero a barrio histórico con valor patrimonial

La posibilidad de explorar, obtener concesiones de cateo y perforar en la zona de Comodoro Rivadavia entusiasmó a diversos grupos que formaron empresas —algunas de las cuales tuvieron una brevísima existencia— e invirtieron sus capitales en el sur patagónico. Un ejemplo es el de este grupo de argentinos que fundó, en 1912, el «Sindicato Petrolífero Astra Argentina». Así iniciaron sus trabajos mineros amparados por el primer permiso de cateo y exploración del 30 de julio de 1912 en un yacimiento a 13 kilómetros del centro de la zona de reserva estatal. En septiembre de 1915, cuando el Poder Ejecutivo le acuerda personería jurídica, en una concesión de 1500 hectáreas la empresa Astra se convierte en sociedad anónima.

En 1916, la empresa Astra compró el lote 138, ubicado en el Ensanche Sud de la Colonia Escalante —en tierras destinadas a la colonización por familias sudafricanas— al bóer Juan Du Plessis quien lo había recibido del Superior Gobierno de la Nación. El lote, de 2500 hectáreas, se hallaba a 20 kilómetros del pueblo de Comodoro Rivadavia y a 17 del yacimiento estatal (Y.P.F.).

El lugar donde se levantó el pueblo de la compañía petrolera Astra era un espacio árido y llano rodeado de cerros, con clima ventoso y frío. Estas características geoambientales requirieron que de 1916 a 1922, la empresa se abocara a la creación del «pueblo petrolero» como un modo de atracción y retención de mano de obra por lo que  debió resolver problemas de transporte, abastecimiento en general y provisión de viviendas y de todos los servicios necesarios para su funcionamiento.

Hasta el primer gobierno peronista, los obreros no contaron con servicios individuales sino que existía un baño público comunitario y una cocina central. Sólo las viviendas de los empleados, a pesar de las distintas jerarquías, se beneficiaban con todos los servicios: agua caliente y fría, luz eléctrica, calefacción a gas, baños con cañerías, duchas y cloacas.

Para 1957, la empresa había edificado 230 casas para el personal casado y pabellones de ladrillos con diez piezas individuales para el personal soltero o solo pero con familia en Europa (Ezpeleta, 1957: 123). Hasta principios de la década del sesenta funcionaron los campamentos que la empresa había levantado cercanos a los pozos petroleros como Vía Funicular y Campamento Eastern ubicados en la cima de los cerros que rodeaban Astra.

En 1962, año clave para la empresa, Astra cumplió 50 años en el país. Los cambios en las políticas petroleras nacionales luego de la caída del Presidente Arturo Frondizi afectaron la vida laboral en la empresa privada que redujo drásticamente el número de trabajadores de Km 20, que tuvieron que dispersarse en otras zonas de perforación. En 1963, el Poder Ejecutivo anuló los contratos petroleros firmados entre Y.P.F. y las empresas privadas, pero Astra continuó operando el yacimiento hasta 1965.

La suspensión de los contratos petroleros provocó que una importante cantidad de trabajadores fueran despedidos, algunos tuvieron que dejar el lugar migrando hacia otras zonas de la ciudad y otros directamente se fueron. Esto se daba porque las viviendas pertenecían a la empresa la cual, en algunos casos y a modo de indemnización, desmontaba la casa y se las entregaba. Es decir, no solamente se iban del campamento, sino que además se generó la imposibilidad de que otras personas vayan a vivir allí. Esta lejanía del centro es una de las causales aparentes de ese despoblamiento en los últimos 50 años. Durante el cierre de la empresa a algunos trabajadores se les ofreció comprar la casa. Esos son los que se quedaron y hasta el día de hoy sus hijos están en el barrio. De estos avatares laborales surge el despoblamiento, el cual luego más de 50 años nunca llegó a superar los 500 habitantes.

Los cambios empresariales marcaron la vida en Astra sumado a otras rupturas en la década del sesenta y del ochenta cuando el barrio pasa a formar parte de la ciudad. El pasaje de campamento o pueblo petrolero a barrio de la ciudad tuvo sus implicancias en el patrón de uso y ocupación del territorio que entró en crisis. Es decir que, de ser un poblado autosuficiente, rodeado por perforaciones y torres petroleras, en 1981 pasó a depender de los servicios públicos provistos por la Sociedad Cooperativa; y sus habitantes, de tener todo a mano (trabajo, atención a la salud, escuela), se vieron cuasi obligados a conectarse física y socialmente con los otros barrios de la ciudad. La autovía que era la que transportaba a la gente desde el centro de la ciudad a los campamentos dejó de prestar servicios en 1978, en un momento de reacomodo en el proceso de inclusión al ejido urbano de Comodoro Rivadavia.

En este siglo XXI, Astra es un barrio, como tantos otros, donde su componente de historias y relatos está sumergido en muchas memorias y personas que no viven corporalmente en él, pero que nunca se alejaron totalmente del barrio. Por el contrario, sus vivencias son parte constitutiva de la identidad barrial. El haber transcurrido parte importante de sus vidas, desde su nacimiento y el de sus hijos, el paso por la escuela, etcétera, durante la existencia de la empresa  ha dado a los pobladores un sentido de pertenencia que se mantuvo y se mantiene a pesar de la disolución de la compañía en los años de 1962/65. Sentido que no se desvaneció para muchos: su desarraigo fue forzado por una situación totalmente ajena; ellos no querían irse, y fue los unió con el barrio, siempre fueron de ahí, nunca se fueron, nunca se mudaron, siempre estuvieron, los lazos invisibles se hacen invencibles, sujetan la identidad a sus historias que siguen contándose y recordándose 50 años después como si nunca se hubiesen ido.

Bibliografía ampliatoria

Ciselli, Graciela y Marcelo Hernández (2017) Astra: memoria petrolera y paisaje industrial. Ed. Biblioteca Popular Astra.

Ciselli, Graciela (2004) Pioneras Astrenses. El trabajo femenino en una empresa petrolera privada. Ed. Dunken.