Cine de Km 8: recuerdos imborrables

“Nos encontramos en el año 1931 y la sala de cine de Km8 funciona por primera vez. Dentro de un recinto de la popularmente conocida Gamela del Vasco Yurrevaso hay una amplia pantalla donde se proyectan películas sonoras en blanco y negro. Nosotros, los asistentes, las disfrutamos acomodados en nuestras butacas. Como no puede ser de otra manera, antes de asistir pasamos por el ritual de vestirnos con nuestros mejores atuendos. Mientras tanto, las damas del barrio se reúnen a tomar el té en el espacio destinado a confitería”.


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La recolectora de historias, Mirtha –vecina del barrio Km8–, tuvo oportunidad de conocer el cine, pero además, de escuchar historias inéditas que corrían en aquellos tiempos dorados. Una de ellas es la de María Viegas de Jesús, quien vive en el vecindario desde que llegó en brazos de su padre desde su Portugal natal, con tan sólo un añito. Hoy, con 95, guarda en su prodigiosa memoria esos momentos imborrables. Mirtha nos transmite: “María recuerda que siendo ella muy pequeña vivía en el barrio central de Km8, a escasos metros de la Gamela de Yurrevaso. Allí, los días de semana se proyectaban películas. Ella solía introducirse en el recinto y esperar a escondidas hasta que comenzaba a rodar la cinta”. A ella le gustaban mucho las de Charles Chaplin. Hasta podemos imaginar la pantalla iluminando su rostro en la oscuridad, con las imágenes reflejadas en sus ojos brillosos. Se encuentra hipnotizada por aquella secuencia de fotogramas que se reproduce frente a ella. “Cuando su mamá notaba su ausencia de la casa, ya sabía dónde se encontraba la pequeña María”, relata cariñosamente Mirtha.

El cine dejó de funcionar en dicha gamela cuando en julio de 1946 se inauguró el Cine-Teatro construido por la Compañía Ferrocarrilera de Petróleo (Com.Fer.Pet), como réplica de un cine británico. Los planos fueron enviados desde Inglaterra y aquí fueron adaptados por el arquitecto Roger Cossandier, quien dirigió la obra. Además de proyectar películas, se realizaban allí distintos eventos sociales y bailables, y también actividades varias de la Escuela Nacional N° 50.

Volvamos a 1946… En la primera función se proyecta Grito de rebelión, del sello 20th Century Fox, protagonizada por Eric Portman. Se accede por un amplio hall, en cuyo centro está ubicada la ventanilla de boletería. El hall cuenta con un bar estilo americano y a ambos lados se ubica un reservado familiar. El Cine-Teatro cuenta con capacidad para 500 personas, número que se puede incrementar hasta 800 si el evento –espectáculo artístico, obra teatral o acto escolar– lo requiere. Esto da cuenta de la capacidad del escenario de adaptarse tanto para las funciones cinematográficas como para las teatrales. El lugar cuenta con dos camarines. En la planta superior hay un sector denominado pullman, con butacas tapizadas en cuero, espacio reservado al personal jerárquico de la compañía. En la inferior se encuentran las plateas, con asientos de madera, donde se ubican los empleados y obreros. La sala albergó importantes éxitos teatrales, como las producciones de Gabriel Barceló, Fernando Montellano, Ernesto García y Pilar de Moirón, entre otros.

El espacio dejó de funcionar como cine en 1978. “Debo mencionar a la honorable familia Siria. Desde sus comienzos, el señor Valentín Siria fue el gestor de este cine, sucedido por su hijo, Ernesto, en la concesión del lugar. En esa época estaba impecable: conservaba toda su estructura y fachada originales. Hoy no podemos decir lo mismo”, reflexiona Mirtha.

En varias oportunidades se trató de recuperar este edificio emblemático. Inicialmente, la comisión de ex alumnos de la Escuela Nacional N° 50 –hoy 126 ARA Punta Médanos– realizó gestiones para que el cine pase a ser parte del establecimiento educativo, no sólo por su proximidad sino porque éste cumplirá 97 años y no cuenta con SUM ni gimnasio para el alumnado.

“Hoy retomamos esa petición como grupo ‘Bajo la luz del Faro’, que trabaja por la preservación del patrimonio del barrio Km.8”, agrega Mirtha. El cine-teatro Com.Fer.Pet. fue declarado, junto a otros cuatro barrios de zona norte, Patrimonio Histórico de Comodoro Rivadavia. A pesar de que forma parte del listado de Bienes de Valor Patrimonial protegidos mediante la Ordenanza Municipal N° 12.087/16 el objetivo por el que lucha “Bajo la luz del Faro” parece inalcanzable, ya que el edificio pasó a manos privadas y dentro de muy poco comenzará a funcionar allí un supermercado.

“Es una lástima ver la decadencia de los lugares y edificios emblemáticos del barrio… Yo me remonto a mi feliz infancia, cuando los días domingos mi mamá nos daba –a mis hermanos y a mí– un peso para asistir a la matinée. Eran 50 centavos destinados a la entrada y otros 50 para golosinas, que comprábamos en la confitería del cine. Nos daban un cartucho de papel madera lleno de caramelos Ophir o Cremalín. ¡Qué lindos recuerdos…!”.

Esas anécdotas de infancia de Mirtha y los demás vecinos que tuvieron la suerte de disfrutar del cine son imborrables. De esta manera, la lucha por mantener los edificios emblemáticos de la ciudad es un factor importante para proteger el patrimonio cultural e histórico de Comodoro Rivadavia.

Por Marina Águila

Fuentes: Mirtha Aburto, Bienes de Valor Patrimonial de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia.