¿Sabías que Boca Juniors y Comodoro Rivadavia están unidos desde sus comienzos? Sí. Y no se trata, puntualmente, de los fanáticos de corazón azul y amarillo sino de una historia de solidaridad que da cuenta de que la felicidad está hecha de los pequeños gestos de la vida.
El Club Atlético Boca Juniors es una Institución de renombre nacional. Vio su origen allá por 1905 en el barrio porteño de “la Boca”, lugar caracterizado por el puerto y el incesante trajín de los estibadores.
Cinco amigos que integraban una agrupación llamada “Independencia Sud” decidieron darle un tinte un poco más serio al asunto y fue así como se pusieron en campaña para organizar los comienzos de un club que daría que hablar. Tras descartar algunos nombres llegaron a denominarlo Boca, agregándole “Juniors” y brindándole así un toque inglés bien típico de la época.
El club denominado “Boca Juniors” fue tomando nivel y profesionalismo. Contaba incluso con una sede para reuniones, que era la casa de uno de los cinco amigos que lo impulsaron. Luego de unos meses se traslada- ron a un espacio más acorde. Contaban con el campo de entrenamiento que usaba el originario “Independencia Sud”, y en medio de los contratiempos típicos de los comienzos, un barco sueco llamado “Drottning Sophia” le brindó el bautismo de colores para su camiseta “azul y oro”.
La historia cuenta que para adquirir la primera pelota del club se realizó un gran esfuerzo entre los integrantes de la primera Comisión. Además, se contó con la ayuda de vecinos y simpatizantes hasta que, por esas cosas del destino, una pequeña donó 20 centavos para llevar a cabo la compra.
La historia transcurre, el tiempo pasa y aquella pequeña, por los avatares de la vida, se trasladó a vivir a Comodoro Rivadavia. La vida para aquella señora, Isabel Anselmi, tomó forma y se estableció con su familia en nuestra ciudad en sus comienzos. Un buen día, en la década del 30, recibió un encomienda con el sello del club de su infancia, “Boca Juniors” y, en el interior, un balón de cuero usado con la firma de algunos integrantes del primer equipo y la siguiente leyenda: “A doña Isabel Anselmi de Bilardo”, la mujer que donó los 20 centavos destinados a golosinas para comprar la primera pelota del club “Boca Juniors”.
LaHoja N°62. Junio 2012.