Cerrado desde hace más de diez años, el lugar albergó tesoros invalorables. Hoy, los vecinos del barrio buscan recuperar este espacio para usarlo como punto cultural, turístico y educativo.
“Yo soy docente. Venía con mis alumnos a visitar el Museo. Después veníamos acá a la biblioteca, a mirar proyecciones”, cuenta Cristina, presidenta de la Biblioteca de Astra. Seguramente, muchos ciudadanos habrán recorrido el Museo mientras estuvo abierto. Uno puede imaginar el asombro de los niños cuando veían aquellos fósiles de dinosaurios o las maquinarias de las perforaciones petrolíferas.
El Museo Paleontológico y Petrolero Astra fue inaugurado en 1987 por la empresa homónima, con apoyo de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB). El vínculo con la casa de altos estudios permitió que se accediera como préstamo a colecciones de fósiles. Uno de los grandes impulsores del proyecto fue el ingeniero Juan Carlos Queirolo, quien encabezaba entonces la gestión de la compañía.
En la parte exterior del Museo se podía apreciar la evolución de la maquinaria destinada a la exploración, perforación y producción de petróleo desde el año 1912. En el interior se exhibía una colección de fósiles y réplicas de ellos. En las paredes había murales didácticos pintados por artistas locales, explicando la evolución de la vida en la Tierra a través de las eras geológicas y también el origen, búsqueda y extracción del petróleo. La vinculación de las empresas Astra e YPF con el desarrollo científico fue destacada, a través del apoyo a las investigaciones paleontológicas en la región. Los fósiles que se encontraban eran expuestos en el Museo.
Con el correr de los años y debido a la falta de mantenimiento, el lugar fue repetidamente blanco de robos, lo cual hizo que se perdieran bienes de gran valor histórico. La torre petrolera que se encontraba en el exterior fue desmontada, debido a problemas de estabilidad. Finalmente, en 2006 el Museo fue cerrado definitivamente. Parte de las piezas se trasladaron al Museo de Petróleo ubicado en Km3. Si uno visita hoy el lugar verá que las malezas han invadido casi todo el terreno. Algunas de las maquinarias de la parte exterior se siguen conservando, al igual que los murales.
Actualmente, la Biblioteca de Astra se encuentra realizando gestiones para recuperar este bien patrimonial. La ubicación del Museo, en la entrada Norte de Comodoro Rivadavia, permitiría que se desarrollara allí un nuevo punto cultural y turístico para quienes vengan a la ciudad o estén de paso. Además, se fortalecerían los circuitos turísticos que ya se están realizando con el programa “Turista por un día”: el Museo sería un punto más para visitar.
En Comodoro no existe otro espacio donde se muestren colecciones paleontológicas. Poner a disposición este material sería de gran importancia para los colegios y la comunidad en general. “Los estudiantes de los distintos establecimientos educativos podrían conocer y estudiar sobre el tema”, dice Cristina.
Para poner nuevamente en funcionamiento el Museo se debería reacondicionar toda la infraestructura –interna y externa– y recuperar los objetos que componían la muestra. Para esto, la comisión de la Biblioteca de Astra propone invitar a los vecinos que tengan en su poder piezas paleontológicas a que colaboren para armar una colección. Cristina subraya que “el patrimonio es la herencia que nos dejaron los pioneros; por eso es tan importante preservarlo”. Astra tiene protección patrimonial en sus edificios, entre ellos el Museo. Recuperarlo implicaría también revalorizar este barrio histórico de nuestra ciudad.