La comodorense Julieta Silva transmite a partir de la pintura y el baile el amor por sus raíces, que le transmitieron sus abuelos inmigrantes. En su arte plasma orgullosa su historia y su identidad. Estudiante de Artes Plásticas en La Plata, vuelve siempre a su ciudad natal para participar del Encuentro de Colectividades.
SEMBLANZA
Para Julieta, de 24 años, Andalucía representa a su familia, sus amigos, la colectividad que la acompaña desde hace veinte años, el escenario del Predio Ferial y la comida de sus abuelos. En 2015 tuvo la oportunidad de conocer aquella tierra y otros lugares de España. Allí viajó junto a su hermano Leandro y pudo conectarse con sus raíces, ver un tablao flamenco y bailar unas sevillanas con su prima en Madrid, una noche bajo la lluvia.
Sus abuelos provenían de la provincia de Almería: Brígida Torrecillas de Sorbas y Daniel Morales de Níjar. Su bisabuela se llamaba Rosa Herrera Contreras. Ellos le inculcaron el amor por la cultura española. Creció con las anécdotas sobre la llegada de ellos a la Argentina. De ellos aprendió a preparar migas caseras y tortillas y a bailar el pasodoble.
Es hija de Susana Morales y Ricardo Silva, y hermana de Leandro y Santiago. Nació en Comodoro Rivadavia, pero actualmente vive en la ciudad de La Plata, siguiendo uno de sus sueños: se encuentra cursando la Licenciatura en Artes Plásticas con orientación en pintura en la Facultad de Artes de la UNLP.
En 2016 Julieta fue coronada como Reina de la Casa de Andalucía, y ese mismo año fue electa Primera Princesa representando a la Federación de Comunidades Extranjeras para el período 2016/17. Si bien se encuentra la mayor parte del año fuera de la ciudad, cada septiembre vuelve a Comodoro para participar en la Feria de Colectividades.
DEL COSMOS AL MOLINO ANDALUZ
Comenzó pintando mandalas, hasta que en 2017 tuvo la oportunidad de empezar con las clases de pintura en el taller Pinceladas Mágicas que tenía su abuela Brígida. Allí dio sus primeros pasos en el manejo de los óleos. Luego de un mes finalizó el primer cuadro. Luego empezó a buscar diseños que la inspiraran en revistas: un árbol en un atardecer y temas así…
Pero algo en su interior le sugería otro camino. Para sus siguientes obras pensó en algo que la identificaba: el flamenco. Unos zapatos, una bailaora y unas castañuelas fueron sus siguientes cuadros. Ése fue el comienzo. De ahí en más, todas sus obras fueron relacionadas a España.
La escuela sevillana es una de las grandes escuelas pictóricas europeas. El costumbrismo andaluz, un subgénero del romanticismo, refleja las tradiciones de este pueblo. Pablo Picasso es uno de sus referentes en la pintura contemporánea.
A la hora de pintar, Julieta mira fotografías suyas o de sus amigas bailando flamenco y capta de esas imágenes momentos o emociones para plasmarlos en sus cuadros. También disfruta de representar diferentes paisajes de España. Justamente, el último cuadro que pintó en el taller antes de que su abuela enfermara –falleció en mayo del año pasado– y tuviese que cerrarlo es un paisaje sobre el molino en Cabo de Gata, Níjar, el pueblo natal de su abuelo.
EL FLAMENCO
El arte es inherente a Julieta y se hizo presente desde sus primeros años de vida. La danza y la pintura se convirtieron en sus formas de arte favoritas, a través de las cuales expresa sus sentimientos y vivencias. Cuando se refiere a su futuro, expresa que no puede concebirlo sin música, baile o pinturas. Para ella el arte es su vida.
Si bien sus abuelos no bailaban flamenco, fueron ellos quienes la llevaban cada sábado, tanto a ella como a sus primas Martina y Natacha Gasciunas, a los ensayos de la colectividad.
A los tres años empezó a bailar y desde ese momento nunca más pudo dejar de hacerlo. En 2011 se recibió de profesora de danzas españolas y danzas clásicas en el Instituto Salamanca. Forma parte del cuerpo de baile de la Casa de Andalucía desde el año 2000. Cuenta con una gran cantidad de cursos realizados. El más reciente fue con los integrantes del Ballet Nacional de España, dictado en la Ciudad de Buenos Aires en 2019.
Julieta espera recibirse en unos años, por lo cual le dedica mucho tiempo al estudio. Sueña con poder tener un taller propio como tenía su abuela, en donde se fusionen la pintura y el baile flamenco.
Nota correspondiente a Como Artista Nro1 (Enero 2021). Escrito por Noelia Peralta Bareille