Don Pascual Fenolle es un testigo vivo de gran parte del siglo XX y lo que va del XXI. Participante activo de los conflictos que azotaron su España natal, vivió luego en Francia y arribó a nuestras costas en la década del ’50. Trabajador incansable, padre de familia y vecino solidario, es el “decano” de Km8.
Es el habitante de más edad, dueño de una memoria prodigiosa y una lucidez impresionante. Da gusto escuchar sus relatos y vivencias. Don Pascual Fenolle nació en Panticosa, comarca de Alto Gallego, cerca de los Pirineos, provincia de Aragón, el 17 de mayo de 1916. Cumplió 103 años, la edad de nuestro querido Km8.
En su adolescencia presenció y participó de las divisiones políticas de su país, que desembocaron en la Guerra Civil (1936-1939), donde fue herido con dos proyectiles en una pierna. Se refugió en Francia, donde vivió 11 años. Allí se casó con la española Julia Milagros Orrebarra, el 12 de octubre de 1946.
Alentado por familiares de Buenos Aires, en 1949 viajó a la Argentina. El señor Domingo Miguel le ofreció trabajo en Comodoro Rivadavia, llegando a nuestra ciudad en los primeros meses de 1950. El comisario de Km8 era Eliseo Miguel, hijo de Domingo. Le facilitaron una casita de chapa contigua a la Comisaría. Comenzó a trabajar en la planta de zinc de la Compañía Austral Argentina y entonces le asignaron una vivienda en el barrio Km9.
El ingeniero que vino a iniciar la puesta en marcha de la planta hacia 1951 hablaba sólo el francés. Por los años vividos en Francia, Pascual dominaba ese idioma, por lo cual colaboró como traductor y ayudó a interpretar manuales y planos. También trabajó en la refinería como operador de calderas. Sus superiores, Don Belchior y Pascual Morillo, lo elogiaron calurosamente por su desempeño.
El 2 de enero de 1980 realiza el último turno trabajando de noche. Al día siguiente cesa el funcionamiento de la planta. Inicia entonces los trámites para su jubilación. Mientras esperaba percibir el beneficio, entró a trabajar en Gas del Estado, en la sección Mantenimiento. A los pocos meses comenzó a cobrar la jubilación, poniendo fin a su prolongada trayectoria laboral.
Ya dueño de su tiempo completo, Don Pascual se dedica al deporte que lo apasiona: la pesca. Participa de los torneos organizados por el club de pesca El Pique, cuya Comisión Directiva presidió. También concurre al centro de jubilados Don Bosco, donde pasa con sus pares lindos momentos de reuniones sociales. En las comidas se destaca por ser el mejor cocinero de paella, sumado a sus dotes de buen asador, siempre acompañado en la parrilla hasta hace un tiempo por un dilecto amigo que se adelantó en la partida, don Casimiro Frydlewicz.
Su familia está compuesta por su esposa Julia –ya fallecida– y sus hijos Alberto, Rosa, Pili y Carlos. Desde hace muchos años vive en su casa de Km8.
Don Pascual Fenolle es un personaje referente y querido por toda la comunidad del barrio. Siempre fue un hombre solidario: en dos oportunidades salvó financieramente al Club El Pique. ¡Gracias, Don Pascual, por ser cómo es! Que Dios lo bendiga con salud por muchos años más.