Un lugar encantador en pleno corazón de la ciudad

Pasaron los años y él, testigo del tiempo, permanece como en sus inicios, con la belleza de la inmensidad y esa gama de verdes que lo vuelven único. Ideal para pasar una tarde de mates entre amigos o en familia, compartir un asado un domingo al mediodía o salir a respirar aire puro, el Parque Saavedra es una parada obligada para quienes pasen por Comodoro.

Corría la segunda mitad de la década del 20 cuando, por decisión de YPF, surgió la creación de un asentamiento urbano para sus empleados, quienes contaron con un lugar topográficamente tranquilo y a la vez cercano, lo que hoy es el barrio General Saavedra, que ya daba sus primeros pasos.

Los habitantes fueron encontrando su lugar y dándole forma a la zona con complejos barriales dirigidos por YPF. En 1948 por iniciativa del Ingeniero Raventos, comenzaba la plantación de árboles y la confirmación de uno de los parques más pintorescos y mejor diseñados de nuestra Patagonia.

En principio, la idea era emular los pagos norteños de los cuales los futuros usuarios eran originarios y así fue que, con el tiempo, el “parque” era el lugar de reunión y festejo por excelencia por su rincón de asados con fogones que reunían a la familias los fines de semana, pistas de baile al aire libre, entre pinos, álamos y eucaliptos y juegos para los más chicos, en medio de una flora impactante que coloreaba el divertido paseo.

El mantenimiento del Parque Saavedra lo llevaban a cabo cuadrillas de la petrolera estatal, que no dejaba detalle sin controlar. Había una red de caminos internos que se cruza desde entonces entre sí, una avenida principal custodiada por eucaliptos y macetones e interminables túneles de tamariscos que hacían al disfrute de los visitantes, quienes, además encontraban allí un excelente reparo para el viento.

Incluso, a fines de la década del 80, el parque contaba con el único Zoológico de la zona,

A lo largo del tiempo, siguió recibiendo al público y como un gigante que se niega a desaparecer, hasta el día de hoy mantiene vivo su encanto original.

Porque si bien es cierto que los comodorenses nos identificamos más con el mar o con el viento, no podemos dejar pasar esta oportunidad de elogiar a una obra de tal magnitud, lograda gracias al esfuerzo de quienes vivieron, cuidaron y respetaron el barrio y hoy, como ayer, pueden seguir disfrutando de un paraíso único.

Y así, desde la década del 20, el pequeño pulmón verde que es el barrio General Saavedra se distingue por la calidez de su gente y por tener el parque más hermoso.

 

LaHoja N°64. Agosto 2012.