Vignolo: un artista que supo colorear su destino

Hugo Vignolo, único filetista pintor de nuestra ciudad, es un creativo, una persona con mucho sentido del humor que hoy en día es dueño de su propia historia. Él accedió, gentilmente, a contarnos parte de su historia y a compartir con los lectores parte de su vida y obra.

Cuando era muy joven, y por esas cosas de la vida, Hugo Vignolo llegó desde el norte a Comodoro Rivadavia con la idea de instalarse, objetivo que sería cumplido en breve.

Ya desde muy chico tenía facilidad para el dibujo y, cuando terminaba sus ilustraciones en las clases seguía con las de sus compañeros. Así, la facilidad para el dibujo sería lo que más tarde le daría oportunidades únicas.

Relata que no tuvo la suerte de poder seguir estudiando y que hacía sus primeras armas por distintos trabajos relacionados con la gráfica, mientras que tomaba cursos de dibujo por correspondencia, con el objetivo de complementar lo que sabía hacer, debido a su facilidad con la perspectiva y la pintura. Comenzó como aprendiz haciendo cartelería para distintos comercios, letras y murales, al tiempo que sus trabajos se hacían conocidos.

El arte de “filetear” (estilo artístico de pintar, típicamente porteño) siempre le gustó, con la casualidad de que al taller donde trabajaba llegaban los colectivos de la línea 2, que era “La Unión”; la línea 5, que era “El Halcón”; la línea 1, “Los Amarillos”, “El Ñadu Puntual”, que viajaba a Km.8, y el colectivo de Diadema. Allí empezó a filetear, a hacer las clásicas “banderitas”, flores, líneas y todo tipo de ornamentación pintada para esos colectivos que tanto color le daban a las calles de la ciudad.

“Dibujar fue fácil”, comenta, y recuerda que “lo difícil fue lograr que los colores generen movimiento”, pero, en esa época, no había nadie más que se encargara de este arte, solamente él, con su pulso privilegiado y sus pinceles. Es así que con el paso de los años y mucho esfuerzo fue armando su completo taller de carrozados y pinturas, industrial “COVIG”.

Con casi 20 años de trabajo interrumpido, aquel ha visto salir por el portón infinidad de vehículos con el sello notorio de la mano de Hugo: carrozados, pinturas modificaciones, adaptaciones y esas letras tan características, simplemente inconfundibles.

Nuestro entrevistado opina que “con las nuevas tecnologías se ha perdido un poco de creatividad y la elaboración del trabajo manual” porque “hoy las cosas simplemente copian o modifican algo hecho”, dice Hugo.

Desde La Hoja, queremos agradecerle a Hugo Vignolo por el momento cedido para la entrevista y por los mates que no faltaron en una tarde con amigos, entre risas y anécdotas.

LaHoja, Agosto 2012.